El viejo

El viejo no supo sólo ser moroso. Orgullosamente croto, pero capo según sus creencias, me espejó para darlo todo, cada vez que quiera, aunque -me- incomode. Ni supo que hizo eso.

II

Quisiera saber secretos de su propia voz, pero todavía no lo entrevisté. Aún así, me conmueve su narcisismo. Hasta lo heredé. Es real que algunas formas heredamos.

III

Lo cierto -siempre creo que hay algo cierto- es que sobre la vergüenza me enseñó él, que encarnaba según muchxs, el protagónico. Lo malo fue creerlo durante tanto tiempo sin preguntarle nada a él sobre el tema. Lo bueno, que mi victoria es respetarlo por la vida y sentir aún el deseo de ahondar en sus semillas para acunarme, aunque no sepamos tanto de eso en casa.

IV

Felices todos tus días, papá, que -creo- ni me leés pero, con certeza, te quiero.

V

Hoy, en el día de romantizar a los chongos que puteamos los 364 restantes del año, lo hacemos.

VI

Nambrena.

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